Somos seres humanos y somos seres sociables. Al ser sociables el contacto, la conexión con otras personas forma parte de nuestra vida. Al hacerlo así también somos seres equilibrados, saludables, nos relacionamos PODEMOS HACERLO..
Ocurre a veces que la edad, la distancia, el irse a vivir a lugares que no son los originarios, el haber sufrido pérdidas debido a la edad y a la generación, etc. colocan a la persona cada vez más en soledad en la vida.
Muchas personas ante esto reaccionan de manera saludable, social, se agrupan dentro de su vecindario, en clubes, visitan amigos o familiares, construyen nuevas amistades, en fin, encuentran la salida a ese momento existencial que los deja en soledad o casi.
En cambio hay otras personas que en la misma situación no pueden integrarse, van perdiendo a las personas conocidas, familiares, vecinos, etc., y se repliegan cada vez más en si mismos y en su soledad. SE AÍSLAN y terminan alejándose de todo y de todos, concentrándose más en sí mismos, en sus recuerdos, en sus pérdidas, y en su cuerpo y sus dolores, y a veces no están éstos, pero creen “sentirlos” y se van fabricando un número cada vez mayor de síntomas y dolores que les hacen sentirse cada vez más solos, porque cuando tienen la posibilidad e interactuar, sólo de su cuerpo y sus mensajes pueden emitir comentario, se han vuelto tanto hacia dentro suyo, que el exterior y sus mensajes deja de tener interés para ellos.
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